sexta-feira, 28 de março de 2014

Pablo Pineda, primer Síndrome Down maestro de Educación Especial de Europa.

Postado por Maria Célia Becattini

El domingo clausurará en la Diputación las jornadas sobre Necesidades Educativas Especiales (http:fedunejornadasnee.weebly.com) organizadas por Fedune



Pablo Pineda, primer Síndrome Down maestro de Educación Especial de Europa. - AGUSTÍ CATALÁN


ARACELI R. ARJONA 26/03/2014

--¿De qué tiene previsto hablar este domingo en las jornadas sobre escolarización de alumnos con necesidades especiales?

--Explicaré cómo creo yo que debe ser la escuela inclusiva, esa escuela en la que quepamos todos.

--¿Qué necesita un niño Síndrome Down para desarrollar todo su potencial en el colegio?

--Lo primero, que los padres y los profesores confíen en él. Y luego que lo estimulen mucho, de forma constante y con paciencia, porque a veces no cogemos las cosas a la primera. Y algo importante, no hay que agobiarse por el futuro, por saber qué será del niño cuando se que quede solo, sino centrarse en el presente.

--¿Cómo le trataron en el cole?

--Bueno, hablamos de otra época. Hace treinta años causé revolución porque era el primer niño Síndrome Down que encontraban en clase y muchos profesores mayores eran reticentes, pero acabé siendo feliz, sobre todo, al verme rodeado de otros niños.

--Los niños pueden ser muy crueles con el diferente, ¿no?

--Yo no estoy de acuerdo. Un niño ve a otro y lo primero que hace, de forma natural, es acercarse para jugar. La crueldad viene de los adultos que le enseñan. Recuerdo solo a un niño que se metía conmigo, Rogelio, que era bastante feo por cierto, pero no tuve problema porque los niños de mi clase saltaron como un resorte para defenderme.

--¿Cómo vivió la adolescencia?

--Feliz. Yo siempre he disfrutado mucho de las cosas. No fui nada rebelde, era bueno, obediente y estudioso... Es que yo no sé enfadarme, me cuesta horrores.

--¿Se ha sentido sobreprotegido por sus padres?

--Nunca. Somos cuatro hermanos y al ser una familia numerosa no podían sobreprotegerme, que es lo peor que le puede pasar a un Síndrome Down. Yo siempre recomiendo a las familias que les dejen que espabilen, que no los hagan dependientes.

--Usted estudió Magisterio de Educación Especial, el primer Síndrome Down de Europa con ese título. ¿Por qué maestro?

--De pequeño quería ser periodista o abogado, pero un profesor mío de Málaga, Miguel López, me animó a hacer Magisterio porque creía que podía ser bueno enseñando. Soy muy niñero (la Voz Kidsme vuelve loco) y sé cómo llegar a su nivel, puedo hablar su mismo lenguaje.

--¿Le resultó difícil la carrera?

--Es más difícil demostrar que puedes estudiar una carrera que estudiarla. Siempre hay alguien que no cree en ti, pero pasa el tiempo y esos mismos piensan: "Mira, pero si parecía tonto".

--¿Se considera una excepción?

--Lo excepcional en mí no soy yo sino lo que me ha rodeado, la estimulación y confianza que he tenido de mi familia, mis amigos... No soy ni quiero ser la excepción que confirme ninguna regla. Querer es poder y las cosas se consiguen luchando, yendo a muerte a por ellas.

--Hizo una película, Yo, también, y obtuvo la Concha de Plata por ella, pero no lo hemos vuelto a ver en la gran pantalla.

--Bueno, un Síndrome Down solo puede hacer de una cosa, de Síndrome Down, y yo ya había alcanzado lo máximo en ese papel. Intuía que podían encasillarme y me autocorté la coleta. Disfruté mucho la experiencia y me di por satisfecho.

--Siendo tan famoso, le habrán salido muchas novias.

--Tengo muchas fans y me gritan ¡guapo, guapo! cuando voy a algún festival, pero el Síndrome Down pesa más que la fama.

--¿A qué se dedica ahora?


--Trabajo para la Fundación Adecco, doy charlas en empresas sobre integración laboral.

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